jueves, 5 de febrero de 2015

José Zorrilla: Y coronaron al poeta

"Granada joyero de ámbar y oro...."

"Las esmeraldas que tu cuello ornaron
brillan en los tapices de tu Vega;..."




Mucho se escribió acerca de la coronación de Zorrilla, y poco han leído, los que la comentan hoy día.
La idea de realizar tal acto no partió de ningún partido político, ni conservadores, ni liberales, ni tampoco socialistas etc, sino de una institución granadina que buscaba su continuidad en una Granada de final del XIX que se mostraba desinteresada por la cultura, y se elaboró organizar lo que sería el último gran acto romántico.

Para ello era primordial amasar los fondos necesarios para que dicho acto fuera relevante y único. Se puso desde el principio en marcha una tremenda maquinaria aprovechando todos los medios posibles de la época. No se dejó nada de lado, desde la emocionante composición de la invitación a Zorrilla a su propia coronación, pasando por el viaje de un comité constituido para la ocasión a Madrid que se reuniría tanto con el gobierno como con la misma Corona.

Si el punto de partida fue El Liceo encabezado por el Conde de las Infantas y segundado por Luis Seco de Lucena, el medio de comunicación fue el periódico El Defensor con su director y propietario el mismo Luis Seco de Lucena.

 La primera vez que piso Granada el poeta, el público era muy diferente. En Granada no se cultivaba remolacha ni tampoco tabaco, Granada en 1845 era un vivero de poetas y literatos que acogieron a Zorrilla como un nudo más de su Cuerda. El se queda tres meses participando a cuantas reuniones se le propone en casa de sus amigos, en la fonda de los siete suelos o en noches interminables bajo el cielo estrellado en la Alhambra donde se escucha música, se recitan poesías, se organizan tertulias literarias. Como todos aquellos jóvenes Zorrilla se encuentra como pez en el agua, rodeado de poesía. Esperaba la sociedad granadina, que acudía llena de entusiasmo a las noches en el teatro, a que Zorrilla presentara su famosa obra Don Juan Tenorio. Aquella primera noche fue un triunfo delante de más de 1400 personas. Los aplausos retumbaban en las paredes....
Y Zorrilla se marchó triunfante y melancólico. Volvería a Granada....?

Habían pasado cerca de 50 años cuando recibe la dulce llamada que le envuelve en recuerdos. Pero el poeta duda. No sabe que contestar, entre emocionado y asustado envía su respuesta positiva.
La herramienta de la que disponía El Liceo para llevar su propuesta a toda España era la mejor de la época: la prensa. La redacción de El Defensor propaga la noticia enviando sueltos a todos los periódicos de la provincia y de España. A través de la prensa se describe la evolución de los preparativos y se nombra a las personalidades que van a acudir.  Y pronto se transforma aquello en el evento del año. Y fue entonces cuando por desgracia la política se metió una vez más en medio deseosa de recabar su trozo del triunfo, y por poco lo echa todo a perder.

Pero Granada coronó al poeta ofreciendo al pueblo, orgulloso, momentos de gloria y de alegría.









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